El sueño de Padre

miércoles, enero 24, 2007

"El pasado del que Kaçak habla es la guerra que llevó a Padre al norte, un pasado poblado de fusiles, gritos y llantos. Pero también de anhelos. El anhelo de escapar a un destino. Padre se dejó la piel en aquel sueño y de pronto se desvanece y nada queda para él. Las tierras negras del norte, donde la lluvia acaricia y los árboles estallan en colores al comienzo del otoño, quedan para otros. Unos pocos. Padre tiene que regresar a su miserable villorrio donde el olor de las ovejas del Hajduk lo impregna todo. Se introduce en casas y pensamientos, se pega a la piel de cada desgraciado y lo va paralizando, poco a poco, hasta que hace de él una ruina. Padre trajo como único botín de aquel sueño un reloj alemán robado a un pobre muchacho muerto con una bala en el pecho. Lo encontró encogido sobre sí mismo, como dormido, junto a un parapeto. Tenía una sonrisa amarga que parecía destinada a él. Y la guerra se redujo en su cabeza a unas montañas desde las que baja una niebla densa como la leche, al sabor del sljcvoviça y a capotes mojados que se pegan a los cuerpos como si de una procesión se tratara. Una procesión que avanza sin fin y que sólo acaba junto al mar, un mar oscuro y casi tan infinito como la llanura en la que se acurruca el miserable villorrio donde todo está teñido por el olor de las ovejas del Hajduk. Padre había traicionado a los suyos en busca de un anhelo que lo alejase de su pasado y, finalmente, había sido, él mismo, traicionado. Había sido abandonado en el pasado. "

Extracto
Anhelos, lamentos y traiciones